El presidente de la Unión Internacional de Magistrados (UIM), José Igreja Matos, y el presidente del grupo Iberoamericano de la UIM, Walter Barone, participaron de la 125° Asamblea Extraordinaria de la Junta de Gobierno de la FAM que se llevó a cabo los días 29 y 30 de septiembre en la ciudad de Resistencia en la provincia del Chaco, organizada por el Asociación de Magistrados y Funcionarios de la provincia presidida por Marcelo Gauna.
Invitados por la presidenta de la FAM, Marcela Ruiz, quien compartió con los magistrados internacionales la 64ª Reunión Anual de la Unión Internacional de Magistrados del 18 al 22 de septiembre en Tel Aviv, Israel, Igreja Matos, Barone y Ruiz les contaron a las y los integrantes de la Federación las problemáticas sustantivas a nivel internacional.
“La reunión que compartimos con Marcela y con integrantes de 75 países que concurrieron a Israel demuestra que las y los jueces estamos unidos en defensa de la democracia, los derechos humanos, la independencia judicial, las cuestiones de género, la paridad, la diversidad, y jamás no ceder a la tentación autocrática” aseveró Igreja Matos.
La UIM es la organización más grande de jueces y juezas en el mundo, integrada por 94 países. “Yo creo que las asociaciones nacionales e internacionales tienen un rol insustituible en la globalización que vive el mundo hoy. La misión que tengo con los miembros de UIM es un poco lo que estoy haciendo con ustedes: acercarnos, compartir experiencias, cooperar unos para con otros, solidarizarnos, conocer cada uno de nuestros problemas y nuestras fortalezas para ayudarnos internacionalmente”, dijo en perfecto español Igreja Matos, de nacionalidad portuguesa.
La UIM decidió premiar a juezas y jueces perseguidos, encarcelados, exiliados, que pelean contra la corrupción y por la independencia judicial. “En primer lugar debo mencionar a la jueza de Guatemala Erika Aifán, que como ustedes saben por su lucha contra la corrupción tuvo que dimitir de su cargo y exiliarse en Estados Unidos. Es tremendo porque tuvo que dejar todo, dejar a su familia, porque estaba siendo perseguida por un Estado que está capturado por los intereses de corrupción y de la alta criminalidad. Incluso ayer me enteré que Miguel Gálvez, otro juez guatemalteco que lucha contra la corrupción, tiene también problemas graves en su país, se tiene que ir, probablemente a Costa Rica”, contó Igreja Matos.
“Hemos premiado también -continúa el presidente de la UIM- a Krystian Markiewicz, presidente de la Asociación de Jueces de Polonia, ya que él tiene un papel muy importante en la lucha por la defensa de los jueces en su país. Polonia y Hungría pasan momentos muy difíciles. La autocracia y el populismo dominante tiene siempre como primer destinatario controlar los medios, el sistema de comunicación, las redes sociales y después controlar el sistema de justicia, y eso se repite en todos los países. En Polonia es muy palpable con 1384 procedimientos disciplinarios contra jueces porque se mantienen firmes en la defensa de la independencia”.
La UIM también premió a Murat Arslan, juez turco que presidió desde 2011 hasta su cierre por decreto gubernamental en 2016 la Unión de Jueces y Fiscales (YARSAV), una de las mayores asociaciones profesionales de la Judicatura, considerada laica y progresista en Turquía, condenado a 10 años de prisión acusado de golpista por sus críticas al Gobierno del islamista partido AKP del presidente turco, Reecep Tayyip Erdogan. La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa le otorgó en octubre de 2017 el premio de derechos humanos Vaclav Havel a Arslan, un gesto que el Gobierno turco criticó duramente.
“Les cuento que ahora le sumaron un año más de cárcel por haber escrito una carta a su mujer explicándole que estaba triste y decepcionado por lo que pasa en su país. Leyeron esa, su misiva privada y por eso extienden su condena. Murat es un experto de la judicatura, un teórico, no es un político, es una víctima, vive en condiciones horribles. Su hijo se tuvo que ir del país ayudado por la UIM”, contó Igreja Matos.
“Con Marcela les contamos estas cuestiones porque hablamos de la globalización de los problemas. Tenemos que pensar que lo que pasa en algún lugar del mundo puede ocurrir en otro. Por eso también el trabajo de la asociación es tan importante. Siempre pensemos que el juez trabaja en solitario en su tarea cotidiana, por eso necesita la unión, la solidaridad de todos nosotros. Además, tenemos un rol insustituible en la defensa de los ciudadanos. Y para defender a nuestras sociedades debemos defender nuestra independencia”, expresó el presidente de la UIM.
A su turno, Water Barone, presidente del grupo Iberoamericano de la UIM, rememoró su paso por la Argentina apoyando a la FAM y al Colegio de Magistrados de Santa Fe, en su lucha por la seguridad de magistrados y funcionarios, sobre todo de la ciudad de Rosario, que recibieron amenazas contra su vida e incluso ataques a balazos en fachadas de domicilios particulares y en edificios gubernamentales o judiciales. “La seguridad es un tema central y uno de los más preocupantes. Durante nuestra reunión en Israel repasamos los últimos hechos lamentables. Amenazas, ataques, incluso asesinatos, lamentablemente, un colega juez en ecuador, un fiscal paraguayo que estaba en Colombia y una fiscal de Colombia. Nosotros ya tenemos aprobados protocolos de seguridad, que tienen la intención de servir como modelo para que las asociaciones puedan solicitar algunas medidas más de seguridad de lo que ya haya en cada país porque las situaciones son distintas”.
Además, Barone contó un gran logro solidario y humanitario de la Asociación de Magistrados de Brasil: Lograron sacar con vida y asilar en Brasil a 7 juezas afganas amenazadas por el régimen Talibán.
“Las juezas afganas empezaron a sufrir amenazas al momento de que el Talibán volvió al poder. Empezaron a solicitar ayuda para salir del país, porque el Talibán no acepta que las mujeres trabajen, mucho menos que sean autoridades, y mucho menos que hayan condenado a talibanes. Los talibanes las amenazaban con buscarlas en sus casas, tanto a ellas como a sus hijas mujeres. La Asociación Internacional de Mujeres Juezas tenía la lista de estas mujeres, sabía quiénes eran, pero no tenía la posibilidad sola de gestionar visas para que pudieran vivir en otro lugar, por eso le pidieron a la UIM que buscara. Fue así que hablé con la Asociación de Brasil, la presidenta Renata Gil, quien se preocupa como vos Machi -dirigiéndose a la presidenta de la FAM- por las cuestiones de género, y fuimos a hablar con el gobierno, porque, en definitiva, es quien da las visas”, comenzó a narrar Barone sumergiéndonos en un relato que enmudeció a las autoridades de la Federación.
“Logramos el acuerdo del Gobierno de Brasil y se otorgaron las visas. La embajada o el consulado, ponen la visa en el pasaporte, pero en este caso ellas se habían ocultado porque no podían aparecer en sus casas, no había embajada brasileña en Afganistán, sólo en Paquistán, país vecino, pero ellas no podían pasar la frontera. Empezamos a pensar cómo resolver el problema y les dimos una visa digital, algo que no se hace usualmente. Necesitábamos las fotos de los documentos, ellas los mandaban por celulares. Me pasé un día trabajando con el Ministerio de Relaciones Exteriores, casi toda una madrugada, el funcionario del gobierno me pedía documentos, yo conseguía y enviaba. Todo había que hacerlo con sigilo, utilizábamos correos protegidos, parecía una película de espionaje, no estamos acostumbrados. Teníamos miedo porque si eran encontradas por los talibanes iban a ser detenidas o las iban a matar, era un riesgo concreto, y tampoco sabíamos por dónde iban a salir. Podían salir por avión, pero había riesgo de que las detengan, pensamos por tierra, pero no fue posible. Hasta que logramos sacarlas con sus familias. La mayoría estaban casadas así que venían con sus maridos, hijos e hijas. Una jueza vino con sus hermanos y su madre”, narró Barone.
“La segunda parte de la misión fue qué hacer con ellas, cómo las recibimos, a dónde van a vivir. No podíamos utilizar los fondos de la Asociación porque por los estatutos no permiten que la cuota de socios y socias vayan a esos destinos. Entonces empezamos una campaña de patrocinios y donaciones, para recibir los fondos. Primero, y en eso también nos ayudó el gobierno, fueron alojadas en una escuela del ejército, allí, en cuartos como de un hotel, estuvieron 3 meses. Nosotros buscábamos un lugar a donde estuvieran protegidas porque teníamos miedo que los talibanes pudieran venir aquí a Brasilia. Luego logramos alquilar departamentos para cada familia. Les conseguimos trabajo en un bufete de abogados que trabaja con derecho internacional, con derecho de migración. Son 7 juezas mujeres, tres de ellas casadas con jueces, así que son 10 jueces. Luego nació un niño aquí, más adelante llegaron tres personas más, así que en total logramos asilar a 30 personas”, concluyó orgulloso Walter Barone.
Entre aplausos y elucubraciones de cómo sumar desde la FAM acciones en post de la solidaridad internacional necesaria para la unión, Marcela Ruiz, ya anticipó que se comenzó a trabajar en varias cuestiones que se irán develando.
Durante la jornada del día 29 de septiembre se discutió la realidad de cada provincia argentina, se subrayó la creación de la Comisión de Medio Ambiente de la FAM y se convocó al Congreso Nacional del Secretariado Judicial y del Ministerio Público que se llevará a cabo en Salta los días 27 y 28 de octubre.