El "Proyecto ¿Cuánto tiempo es un tiempito?" realizó una exitosa participación en el cierre del XII Congreso Latinoamericano de Niñez, Adolescencia y Familia, que organiza la Asociación Latinoamericana de Magistrados, Funcionarios, Profesionales y Operadores de Niñez, Adolescencia y Familia, ALAMFPyONAF.
La FAM felicita a todos los integrantes de este novedoso proyecto, ideado por el juez rosarino Marcelo José Molina, quien primero escribió un libro que cuenta con historias recogidas durante su larga experiencia como juez de Familia, que luego se convirtió en una obra de teatro sobre algunos de esos relatos, protagonizada por un conjunto de jueces, funcionarios y empleados judiciales.
Durante el XII Congreso Latinomericano, luego de la presentación de "¿Cuánto tiempo es un tiempito? (teatro para debatir)", se destacan las palabras pronunciadas por Sergio García Ramírez, investigador en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de México, ex Procurador General de la República, ex Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos:
"La obra me ha parecido excelente y realmente les felicito, porque además entiendo que no son actores profesionales, ni quien escribe, ha hecho los monólogos y los ha desarrollado, parecen actores profesionales por la excelencia de su trabajo. Están recogiendo temas que son los temas cotidianos y angustiosos de los Tribunales frente a grupos familiares. Personas que además se preguntan y cuándo se va a resolver mi caso y qué tipo de respuesta voy a tener. ¡Y qué angustioso es no tener respuesta! Porque realmente el juez que está sentado allí está escuchando y quizás imaginando escenarios pero no tiene en sus manos la respuesta. Ese es el drama del juzgador en general, ¿no? Oír, sentir, saber, pero no tener la posibilidad de aportar una solución rápida, fulminante, fácil. Y esto, desgraciadamente, desencanta mucho a los justiciables en relación con la justicia porque ellos quisieran tener respuestas prontas, suficientes, adecuadas. Claro, no pueden complacer a todas las partes y eso no se puede. Veo al juez colmado de problemas, a veces acierta y a veces falla, se equivoca y se duele de lo que ha pasado. Bueno, en fin, a mi me parece muy bien, y como proyecto de pedagogía para enseñar a juzgadores, a colaboradores de los Tribunales también, no solamente a los jueces, a los colaboradores y auxiliares y en general a la gente (sobre) cuál es el problema de nuestros Tribunales, que es el mismo en todas partes, con matices, con acentos diferentes. Yo he escuchado con mucho gusto el acento argentino, nosotros tenemos un acento distinto pero los problemas son lamentablemente los mismos. Felicidades para quien concibió este proyecto pedagógico como se ha dicho y particularmente para quienes trabajan en él ¡enhorabuena!"
Obra de teatro completa