Dialogamos con Roberto Dellamónica, Camarista y presidente del Colegio de Magistrados y Funcionarios de la provincia de Santa Fe.
Roberto Dellamónica -Un gusto estar con vos nuevamente, creo que somos de la misma provincia, aunque estés a préstamo en otro lado ahora por allá en Buenos Aires, pero nos une ese lazo con nuestra querida tierra santafesina.
Tenés una nueva gestión ahora 2023/2025 con muchísimos desafíos para el poder judicial.¿Qué estás mirando para el futuro?
RD -El otro día lo decía en la Asamblea que aprobamos memoria y balance y además hicimos el recambio de autoridades. Nosotros tenemos la suerte de vivir en la provincia de Santa Fe, una provincia de la más importantes de nuestro país, con una riqueza inconmensurable, una producción tremenda. No obstante, vemos en los primeros meses de este año algunos efectos negativos en lo económico producto por ejemplo de la sequía, pero frente a esa riqueza que yo te venía señalando tenemos una contracara, principalmente en las ciudades más importantes, Rosario, Santa Fe, de sectores en un gran estado de vulnerabilidad. Está la postergación, está la pobreza, están los sectores que sufren de la inseguridad, lo estamos viendo en la ciudad de Rosario, los niños y niñas, los ancianos, los vulnerables en general, las mujeres, la mujer violentada… Entonces si nosotros vemos que el Derecho pone los ojos en esos sectores, en las víctimas, es decir, el Colegio tiene que poner la mirada en esos sectores. Entonces el desafío que tenemos por delante es grandísimo. Yo creo que debemos tener esa mirada. Cuando un juez o una jueza santafesina resuelve el conflicto, está trayendo paz social. Entonces hay que traer paz social, esa misión es nuestra, cerramos un capítulo, pero debemos posar la mirada como lo hace el Derecho sobre esos sectores, debemos trabajar fuertemente en esos sectores vulnerables.
-Repasando un poco lo que ha sido tu carrera, no tanto como juez sino dentro del asociacionismo judicial, que tiene una mirada mucho más abarcativa que el juez solo o la jueza sola en los casos que le toquen, sino que el asociacionismo mira muchísimo más allá. Tuviste gestión como vicepresidente en el 2017/2019, 2019/2021 como presidente, 2021/2023 vicepresidente, y ahora nuevamente presidente. ¿Cuáles eran los desafíos de entonces? ¿Cambiaron, mutaron, o hay nuevas problemáticas?
RD -Vuelvo también al Derecho. Viste que las sociedades y las circunstancias sociales van cambiando y el Derecho llega tarde. Las modificaciones legales a la nueva realidad social llega tarde. Todo esto también ha evolucionado, Hay una nueva realidad social y hay una nueva realidad jurisdiccional a la que abordar que a la de aquellos tiempos. Mi participación en el colegio santafesino se remonta más atrás. He llevado adelante la Tesorería en los tiempos de Daniel Rucci, que fue vicepresidente de FAM, de Alfredo Palacios, son varios años ahí hasta que después, como vos dijiste, la vicepresidencia. En la presidencia, o sea sin quererlo, tenemos un impacto grandísimo y fuertísimo al mundo, a la sociedad, a los ciudadanos y a las ciudadanas y también al Poder Judicial. Porque vos recordá bien Verónica que el Poder Judicial termina gestionando la crisis. ¿Te acordás del 2001? El Poder Judicial gestionó esa crisis económica y resolvió los conflictos que los justiciables llevaron a los estrados judiciales. En el 2020 todos los poderes judiciales de todas las provincias tuvieron que campear esta crisis que era sanitaria. Yo estaba a cargo de la presidencia. Sabés que Santa Fe y Rosario estatutariamente vamos dos años y dos años pasando la presidencia y la vicepresidencia. En ese momento nos tocaba a Santa Fe y estaba yo en la presidencia y Gustavo Salvador en la vicepresidencia. Nos tocó campear ese temporal y el gran desafío en ese momento era presidir una Asociación de Magistrados y Funconarios cuyos integrantes debían garantizar a la sociedad que estaba asilada que el servicio de justicia se tenía que continuar prestando. Vino el ASPO que era el asilamiento social preventivo obligatorio, y yo recuerdo que la Corte no tenía forma de comunicarse con cada uno de los funcionarios, funcionarias, magistrados, magistradas del poder judicial porque estaban encerrados. Desde el Colegio provincial pusimos a disposición todos nuestros mecanismos de comunicación e hicimos todos nuestros aportes coadyuvando con la Corte para que se pueda garantizar la prestación del servicio de justicia y así fue. Luego de eso, la forma de litigar en el poder judicial cambió rotundamente. Hoy se litiga virtualmente, la asistencia de profesionales al tribunal es solamente para la asistencia a las audiencias, notificación electrónica, llevamos los procesos más rápido. Pero la verdad es que fue un momento muy duro, y además de afrontar la crisis, hubo ataques al poder judicial y la verdad es que eran inexplicables. Con Gustavo (Salvador) y con los integrantes del consejo directivo nos pusimos al frente y pudimos repeler eso y llevar normalidad, prudencia, a lo que debía ser el desarrollo de la actividad jurisdiccional en la provincia de Santa Fe.
-Uno entendía la necesidad de las ciudadanas y los ciudadanos de tener justicia. Algunos estaban tramitando un caso, habían crecido exponencialmente las denuncias de violencia, de violencia de género, a niñas, niños, adolescentes. Y sí, los vi buscar herramientas novedosas, sacándolas un poco de la galera. Me acuerdo de una abogada que me decía, por suerte estoy notificando con el WhatsApp, que antes de la Pandemia era impensado.
-Ese es un aspecto. También quiero nombrar lo que sufrieron nuestros colegas de Rosario con las balaceras, el ataque a las casas de familia. Y la gran labor se desarrolló desde la Justicia provincial persiguiendo el narcotráfico a través de la persecución de delitos comunes. El narcotráfico no es competencia de la justicia provincial. Pero todo ese combate en una situación muy delicada, para las víctimas, para los justiciables y para los integrantes del poder judicial que tenían que llevar adelante esos casos. Gustavo Salvador, el actual vicepresidente Iván Kvasina, estuvieron haciendo frente también a todas esas situaciones. Vuelvo a aquello que me preguntas… pasaste de ser aconsejado, a dar consejos. Muchas veces terminás haciendo contención en una tarea jurisdiccional en muchos casos muy estresante, como por ejemplo la que lleva adelante el fuero de familia, tocan temas muy delicados, explotan de causas, es un colapso de causas de violencia familiar, de violencia de género, y hay que ir campeando todos esos temporales porque, además, uno de los puntos estatutarios que tiene el Colegio de santafesino y por el cual debe trabajar, es el mejoramiento en la prestación del servicio de justicia.
¿Se necesitan más juzgados, más juezas, más jueces, más funcionarios en Santa Fe?
RD -Siempre los recursos son escasos, lo que se busca es repotenciar los recursos existentes a través de algunos mecanismos que te puedan ayudar a enfrentar los nuevos desafíos sin la cantidad de recursos humanos necesarios que eso tiene una cuestión de política salarial y de presupuesto por detrás. Lo que hay hoy en los juzgados no tiene punto de comparación con lo que teníamos hace 20, 10 o 5 años atrás. Se van necesitando más recursos y más especializaciones. También se ve mucho en el fuero penal, por ahí hay que acudir al criterio de oportunidad y seleccionar a dónde van los recursos con los que se cuenta.
Hablabas de las amenazas, las balaceras. ¿Cómo lo están viviendo aquellas personas que fueron víctimas y también el resto porque me imagino que debe conmover a todos los integrantes del poder judicial?
RD -Hay una gran solidaridad. Esto ha tenido impacto a nivel nacional, lo vemos en los medios nacionales. Y la verdad es que yo me ponía en el papel de esos funcionarios que tenían que sobrellevar esas situaciones, con una familia atrás, como le termina cambiando la vida, por ejemplo, que le tengan que blindar los vidrios de sus casas, que tengan que tener seguridad personal, entonces ves como de un día para el otro te cambió tu vida y tu vida familiar. La verdad es que eso es realmente muy duro y no sé si afuera se llega a dimensionar lo que eso significa.
¿Qué es para vos el asociacionismo judicial?
Cuando me convocaron uno empieza a hacer sus primeras armas. Empecé por el 2007 a integrar el Colegio y te vas haciendo, vas aprendiendo. La función es muy importante, y es muy importante que el Colegio de magistrados desde el asociacionismo promueva el respeto institucional y mantenga un diálogo institucional maduro y respetuoso con todos los estamentos que hacen al quehacer judicial: Poder Ejecutivo, Ministerio de Justicia, Poder Legislativo, el resto de los colegios profesionales. No olvidemos que el Colegio integra el Consejo de la Magistratura y en consecuencia participa del mecanismo de selección de jueces y juezas, funcionarios y funcionarias, aporta sus evaluadores que además de su trabajo voluntariamente enfrentan ese desafío. Y no olvidar lo que es la pertenencia a la Federación. Es una institución federal, están representadas las asociaciones y colegios de todas las provincias de la República Argentina y CABA. En ese federalismo no tenemos que soslayar la solidaridad que tiene que haber entre los distintos colegios, hay muchos problemas, hay asimetrías salariales, hay ataques a la independencia de muchos poderes judiciales provinciales, nosotros hoy en Santa Fe estamos trabajando muy fuerte en salvaguardar la independencia, evitar un doble carril, o sea que se trate la cuestión jurisdiccional por la vía jurisdiccional y también por una vía de gobierno a través de investigaciones administrativas, que se manden mensajes a quién tiene que resolver algo, entonces hay que concientizar, hay que llamar a la reflexión, hay que expresar nuestras preocupaciones y trabajar para que esto no suceda porque ahí está el mayor desafío y uno de los mayores objetivos que tiene nuestro Colegio y de las otras provincias: La defensa de la independencia Judicial. Yo te diría que ni siquiera es una garantía para nosotros, es la garantía que tienen los ciudadanos y las ciudadanas de tener una justicia independiente, y que el juez o jueza que le tenga que resolver el conflicto tenga libertad de resolverlo. Que no tenga presiones de ningún tipo. Si no hubiera ataques a la independencia judicial, la verdad es que no tendría mucho sentido las asociaciones de magistrados y funcionarios. Es la lucha más importante que tenemos por delante tanto a nivel local a nivel nacional en la Federación.
Nos pasa a los que no somos del poder judicial que cuando nos hablan de independencia siempre pensamos en el poder político que trata de condicionar, pero después uno empieza a indagar y es independencia judicial de muchos otros factores, a veces las presiones vienen de poderes económicos, a veces están en la misma estructura del poder judicial entre superiores, es multi presión la que reciben.
RD -Diste en el clavo: Es Independencia externa e interna. Y la externa puede ser de cualquiera que tenga poder, puede ser el poder económico, el poder mediático, el poder político, pero hay que preservarla. Debemos tener la libertad de tomar las decisiones que debamos adoptar, y si es equivocada, se seguirá la vía recursiva. A quien más estamos protegiendo es las ciudadanas y ciudadanos.
Me gustó la idea de la necesidad de la justicia como herramienta fundamental de pacificación social.
RD -Nosotros tenemos que trabajar para traer paz social. Imaginate que nosotros dentro de la magistratura o la función judicial generásemos lo contrario. Mirá si nosotros en lugar de tener un discurso de prudencia, de reflexión, de tranquilizar, exasperamos. Lo último que le queda a las ciudadanas y a los ciudadanos cuando se han vulnerado sus derechos es el poder judicial.
Te imaginaba estudiante de derecho, tus primeros años una materia que te gustaba, otra no tanto, estudiando miles de horas para recibirte, como todos los estudiantes… ¿Soñabas que después trabajar en el poder judicial iba ser lo que es?
RD -No me imaginaba el futuro. Estudié abogacía, me recibí, comencé a trabajar por unos meses en la profesión, y entré al poder judicial muy joven porque rendí un concurso. No tenía a nadie cerca que fuera abogado, abogada o estudio jurídico en mi familia. Es más, creo que debemos ser de los primeros profesionales de la generación. Comencé de empleado atendiendo una mesa de entradas varios años, fui concursando, primero me fui de Secretario al norte de la provincia, después estuve de Secretario en la Corte Suprema, concursé en el Consejo de la Magistratura, juez de primera instancia, después Camarista que es donde estoy ahora y tengo paralelamente mi carrera académica como docente de Derecho de las Obligaciones y Derechos Reales, pero el asociacionismo vino porque un día alguien me llamó, y creo que para mi es algo difícil decir que no, dije que sí, y desde hace unos años estoy en este lugar. Te trae satisfacción y te trae muchos disgustos. Los problemas te sacan el sueño, te hace desvelar el problema de tu colega, pero lo hacemos con gusto y esperamos dar todo por esos objetivos que tenemos tanto estatutarios como aquellos que nos propusimos.